Capturar el momento

Ahora que ando recorriendo nuevos lugares, me resuena el hecho de querer capturar el momento, lo que usualmente hacemos tomando una foto.

Aproveché de observarme a mí y a otros haciendo este gesto de tomar la foto para capturar el momento. 

De repente vi que tomábamos fotos sin mucho sentido, sin mucha consciencia, sin mirar ni disfrutar de lo que estábamos viendo, de lo que estábamos presenciando.

Y recordé cuando antes era más complicado tomar una foto, quizás algunos de los que lean no habrán pasado por este proceso de tener que seleccionar muy bien qué circunstancia, lugar, contexto, personas tomarías esa foto, porque tendrías que mandarla a revelar, proceso más costoso, lento e incierto, sí incierto porque a lo mejor podría no salir la foto.

Tanto esfuerzo para que no saliera la foto que tanto querías.

Sin embargo, cuando ves esas fotos recuerdas mucho, por ejemplo recuerdas las características del día, las personas que estaban, el tipo de evento que se desarrollaba, las relaciones que tenías con las otras personas del entorno y muchos, realmente muchos detalles de ese particular momento.

Además, ver las fotos antiguas era y es todo un ritual, te sientas a revisarlas y vuelves a disfrutar de cada momento capturado.

Hoy día te pregunto ¿Qué tan consciente eres de esos momentos que vives y capturas con tus fotos? ¿revisas esos momentos después? ¿o quedan como un montón de basura digital en medio de un computador o celular viejo?

¿Vives el momento que capturaste o sólo estás preocupado de usar tu celular porque así se hace hoy?

No estoy diciendo que tomar fotos esté mal, yo también lo hago, sin embargo busca el equilibrio para que no te pierdas lo que estás viendo con tus ojos, sintiendo con tu piel, los sonidos, aromas y sabores de lo que estás viviendo aquí y ahora.

Y debo confesar que me gusta mucho el ritual de repasar fotos, ya sea digitales o en papel, me enriquece ver cuánto he vivido, disfrutado y compartido, lo que me hace sentir infinitamente agradecida.