Skip to main content
| Blog

Identificando oportunidades de mejora personales

¿Cómo saber donde tengo oportunidad de mejorar?¿Cómo reconocer mis propios errores? ¿cómo asumirlos? ¿cómo me hago cargo de mi proceso personal de mejora continua? Está difícil ¿cierto? Tengo algunas ideas, que me gustaría compartir.


Para iniciar la reflexión, me gustaría introducir una distinción que da vueltas en mi mente y tiene que ver con un tipo de clasificación que hacemos de las personas, en cuanto a creerse o sentirse superior o inferior en ciertos ámbitos de la vida. Esta escala, la veo como una escala de grises en donde nos podemos situar en algún lugar de ella, en un momento de nuestra vida.También vale decir, que en general, parece que la escala varía entre ámbitos, por ejemplo: yo puedo creer al mismo tiempo que soy muy buena para cocinar, pero soy pésima andando en bicicleta.


Entonces, si pienso que soy muy buena en algo, puede darse el caso que crea que no cometo errores porque ya lo sé todo. Por otro lado, si siento que soy muy mala en algo, puedo pensar que siempre cometeré errores y que no tengo ninguna posibilidad de mejorar. En ambos casos bloqueo mi proceso de aprendizaje o mejora continua.


Creo que en las dos situaciones nos ponemos barreras en nuestra mente, las que limitan nuestra forma de mirar al entorno con una actitud más abierta donde pueda preguntar ¿Qué de nuevo puedo aprender de esto o de ésta situación o de este cambio o persona? Si doy un nuevo paso, yo también puedo lograr avanzar y mejorar.


Asimismo, como nos clasificamos nosotros, clasificamos a los que nos rodean y con esto también solemos construir un muro a nuestro alrededor. Cuando pensamos que alguien es muy brillante, podemos decir que es demasiado engreído para escucharlo o es demasiado perfecto e inalcanzable. En el otro extremo, cuando creemos que alguien no tiene idea de un tema, pensamos que no vale la pena darle una oportunidad a su opinión. Y así, en muchas otras situaciones que se dan en la vida, las calificamos según la creatividad de nuestra mente. En todas ellas, dejamos de escuchar y nos perdemos en nuestras conversaciones mentales de cómo es, debería ser o actuar el otro.


Quizás, ¿no sería mejor escuchar sin calificar y después pasar a una etapa de análisis? ¡Y claro que es un gran esfuerzo escuchar sin calificar!! De alguna manera es otorgar por un momento en nuestra mente un espacio de imparcialidad, un espacio para quedar atento al otro y donde doy el espacio para maravillarme con lo que el otro me puede mostrar ¿Por qué no pensar que hay algo que el otro ve y que yo no?


Si corporalmente no somos capaces de ver en 360 grados y nos tenemos que desplazar físicamente para ver todo el cuadro, ¿por qué en lo abstracto del mundo del conocimiento o del lenguaje, no nos desplazamos también para tratar de mirar por los ojos del otro? ¿Habrá algo que podamos aprender?¿A lo mejor el otro está en lo cierto y yo podría estar cometiendo un error? Podría ser bueno verlo así.

 

Articulos relacionados

Newsletter

Related Articles