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Un 8 de marzo…

Un 8 de marzo di mi examen de grado del Magíster en Ciencias de la Computación… fue un hito muy importante para mí, ya que era de esas cosas que parecen que son una tortura larga, muy larga y sufrida, porque crees que nunca vas a resolver el problema que estás abordando.

Me demoré como dos años en terminar la tesis entre programar la solución y luego escribir la memoria. Si bien era un tema muy interesante y muy entretenido, era desafiante para la época (2003- 2006), porque aún no había computadores con la capacidad de cálculo actual, lo que hacía muy frustrante a veces el proceso de validar las hipótesis con resultados visibles y capturando que las automatizaciones no se quedaran pegadas en ciclos infinitos de cálculo.

Muchas veces pensé que no lo lograría. Yo entre mis compañeros era una persona normal, no era un genio de la ingeniería o de las ciencias como muchos de ellos. Tenía que estudiar y dedicarle mucho tiempo no solo a desarrollar la tesis, sino que también a pasar las asignaturas del magíster.

Hasta que finalmente lo logré, encontré fuerzas, además de usar una característica que es un superpoder en mí y en que todos lo tienen, pero que no siempre las personas lo utilizan: la fuerza de voluntad, la determinación, la decisión de jugársela con todo y cumplir el objetivo planteado.

Es convencerse, repetirse las veces que sea necesario que tú puedes, que sí eres capaz y que nada ni nadie te puede detener. Y esta actitud es una decisión personal. Cada cuál decide hacer o no hacer.

No hacer también es una decisión. Claro que después que terminé el magister me prometí no estudiar nunca más jajaja, pero después de un tiempo volví a cultivarme.

Recuerdo que cuando me dieron fecha para dar el examen, ni siquiera me di cuenta en ese momento que era el día de la mujer, solo estaba concentrada en llegar a la meta, dar el examen, que me fuera bien y por fin terminar.

Después de aprobar el examen las personas que estaban acompañándome me mostraron que era el día de la mujer, lo que me resonó mucho porque mujeres determinadas y comprometidas con lo que sentían cambiaron el mundo. Sin embargo, el compromiso no es algo asociado a la condición de género, es una característica asociada a tu ser interior, a tus convicciones, tus valores y sueños, porque lo que te rodea en un resultado de quién eres, de cómo ves la vida, de cómo la interpretas. Puesto que en la vida las metas no son solo tener un título, ganar más dinero o ser más exitoso, hay metas que son anhelos profundos que también requieren de tu determinación para poder lograrlos.

Si tu quieres que el mundo que te rodea esté en armonía, tú tienes que estar y ser armonía; si quieres que el mundo que te rodea esté en paz, tú tienes que ser paz; si tú quieres que el mundo que te rodea sea feliz, tú tienes que sentirte feliz. Porque si estás enojado por ejemplo, difícilmente vas a ver la belleza de una flor, la alegría de un niño, la paz de un monje, ¿no crees?

Entonces, te invito a que definas un camino de evolución, ya sea intelectual, espiritual o físico y que encuentres la determinación para cumplirlo. Revisa lo que tu interior necesita, regálatelo, disfruta y saborea la sensación del logro cumplido. Y si no sabes como mirar en tu interior, yo te puedo ayudar ;)

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