Valorando el pasado

Cuando te encuentras con alguien que no has visto en mucho tiempo o encuentras entre tus cosas un objeto que te recuerda una época anterior vivida, vienen un montón de recuerdos de lo que fue, de lo que pudo ser.

En ese momento los traes a tu presente para vivirlos una vez más.

Si miras bien ya no son lo mismo, los evalúas y calificas con todo lo que has vivido hasta ahora, con las nuevas experiencias, conocimientos y aprendizajes, en la piel se sienten de forma distinta. 

¿Por qué? Porque hemos cambiado, hemos crecido.

Incluso esas situaciones muy, muy dolorosas cuando has logrado aprender de ellas, verás que también las puedes resignificar y encontrar lo valioso que te quisieron mostrar en ese momento. 

Y sí, yo también lo he pasado muy mal en mi vida, también fue duro recuperarme, perdonarme, perdonar e iluminar las situaciones para poder superarlas. 

Por muy difícil que haya sido la situación siempre puedes

• Mirarla de distintos puntos de vista que no hayas tenido en el momento vivido
• Sacar del medio todo los supuestos que hiciste
• Diseccionarla como que hicieras una operación
• Ver lo que no viste
• Sacar los aprendizajes necesarios
• Agradecer y perdonar 

Ten en cuenta que sin esa experiencia vivida no serías quién eres hoy.

Si crees que es muy difícil y que no puedes hacerlo solo, busca apoyo para que alguien te acompañe en el proceso y deja de aferrarte a esas situaciones que recuerdas con dolor por no querer resignificarlas. 

Aprovecha estos días de fin de año, mira el recuento de tu vida, ve cuanto has crecido y si quieres yo también te puedo acompañar.